Tuesday, March 31, 2015

Ya son casi las doce

     Ya son casi las doce. Media hora para escribir un poema. ¿Qué escribir? Ya ni sé. Trabajé en la escuela, luego las clases privadas, tuve que ir al mercado pues no tenía jabón para bañarme. Mi celular me ha recordado todo el día del poema por escribir. Me ha recordado de la fecha, el tema, el estilo pero la escritura es mía.
     En frente de mi computadora, las palabras no me fluyen. Me siento limitado. El idioma no es fluido. Me cambio a la tableta. Mis dedos son mi pluma. Es más fácil, más personal, pero aún no es suficiente. Finalmente, tomo un lápiz y un cuaderno. Me recuesto en mi cama y dejo la mente volar. Escribo sobre las restricciones cotidianas, sobre la escritura, sobre mi musa.

     Son las 11:59. El poema está listo. Ahora a escribir un correo electrónico y poner mi futuro en un editor. ¿Llegará a tiempo? ¿Cumplirá los requisitos? Mi poco esfuerzo y preparación quizá no sean suficiente. Quizá mis mentiras para hacerme interesante no sean entendidas. Quizá las semanas invertidas no tendrán fruto alguno. Quizá nada de esto importe y toda la vida es un sueño.

Publicado en Factum Revista Literaria No. 20.

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